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domingo, 20 de septiembre de 2015

Te encontraré (I)

Lo más difícil es empezar. Y terminar.
Dicen que lo que va en medio, las líneas que componen el cuerpo del texto, es lo más sencillo, lo más fácil de llevar, lo que más se disfruta. No sé, eso dicen.
Los comienzos. Los finales.
Tú y yo siempre olvidamos que el texto también tiene cuerpo, que las historias también tienen un “durante”.
Fuimos unos olvidadizos, unos pobres irresponsables.
No comprendimos que los grandes poderes conllevan grandes responsabilidades.
Que los grandes amores merecen un maldito desarrollo.

Lo peor que nos pasó fue que nos hicimos adictos a esos pequeños momentos de felicidad que nos brindaban los inicios.
Todos nuestros inicios.
Nos enganchamos a andar juntos cogidos de la mano, a abrazarnos hasta traspasarnos el alma, a besarnos hasta rompernos los huesos.
Nos enganchamos a no saber, aún sabiendo.
A hacernos los tontos mirando para otro lado, haciéndole creer al destino que podríamos juntos y no separados.
Pero al destino no se le engaña, y tú lo sabes. Y yo lo sé. Pero tú más. Tú lo supiste mucho mejor que yo.
Llevaste mis riendas sin quererlas ni coger, te colgaste mi corazón a la espalda y recorriste la ciudad impregnándome las calles de recuerdos.

Y ahora qué. Dime qué puedo hacer.
Porque a día de hoy, a veces, aunque ya no deba hacerlo, sigo repasando los momentos que viví a tu lado. No fueron demasiados. Ni muchos ni pocos. Sólo fueron los justos y necesarios para hacerte imborrable.
A veces sigo pensando en los principios, en todos nuestros principios y en la falta de ellos.
Nos sobraron y nos faltaron a partes iguales.
Nos sobraron, como nos sobraron los anocheceres.
Nos faltaron, como nos faltaron los amaneceres.

Nunca fuimos de esos que hacen las cosas como se han de hacer.
Nunca fuimos juntos a lavar el coche,nunca estuvimos juntos en ninguna boda,ni en ningun aconteciminento similar.Nunca nos dijimos “para siempre”, pero tampoco “para nunca”.
Yo siempre fui tu puerta abierta.
Tu vida y tus arrugas de expresión.
Tú fuiste mi último primer amor.
Mi precipicio emocional.
Pero no recordemos nuestras carencias. No hagas que piense de nuevo en las vidas que podría haber vivido mientras esperaba a que la tuya arrancara.
No me mires como sé que harías si estuvieras delante ahora.
Y no, tampoco me toques la mejilla como si fuera de cristal.
Te aseguro que si no me he roto ya, ahora ya no es el momento.

Te lo dije hace tiempo.
Me copié de quien lo dijo, ya sabes, que “puedo vivir sin ti, pero no quiero”. Te lo dije mil veces.
Y tú lo escuchaste asintiendo. Lo escuchaste sabiendo que el café se enfriaba, que tu corazón se cerraba. De nuevo.
El tiempo decidió que no eras tú,que mi amor verdadero todavía tendría que esperar.
Empezamos,terminamos,aprendimos.
Otro final
Hasta el nuevo comienzo.
Te encontraré. ....

2 comentarios:

  1. Joder Dani...creo que no había leído nada tan bueno, intenso y emocionante, en mucho tiempo. ¡¡Enhorabuena!! Y si es basado en hechos reales...demuestra mi premisa de que de todo lo malo puede salir algo bueno y de que hasta los momentos más tristes tienen un halo de belleza. Un saludo ;)

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    1. Siempre tienes buenas palabras hacia lo que escribo y no te imaginas lo que eso significa para mi, enserio una vez mas muchas gracias.

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