Juguetes

La vida es un juguete que nos venden sin manual de instrucciones.


Cada uno juega como quiere y mira que le pone empeño.


Unos ganan siempre, porque se saben los trucos que pueden sacar de su juguete, otros aún no saben cómo jugar, ya que el juguete es algo complejo.


A veces se nos romperá el juguete; pero hay que saber arreglarlo con un poco de pegamento y que parezca que no haya pasado nada


Cada uno juega con él, al menos una vez al día para al menos así, intentar sentirse mejor.


Pero lo que nunca se puede hacer, es jugar con el juguete de otra persona sin su permiso. Podrías romperle una pieza o podrías romper el juguete entero.


Y depende de cómo sea el daño del juguete, a veces con un poquito de celo o un pequeño parche no bastará.







En la gran mayoría de los casos sucede que igual ese juguete no se puede arreglar nunca o también sucede que le dejas tanto en el olvido que cuando intentas volver a prestarle atención, no funciona de la misma manera y sabes que ha sido culpa tuya por haberte olvidado por completo de él.


Todos sabemos que hay juguetes fuertes, resistentes, que por mucho que jueguen con ellos, no se rompen; pero sin embargo hay otros que son más delicados, y si juegan con ellos de forma poco cuidadosa, se romperán en pequeños pedacitos...y jamás volverán a ser igual.


Las personas deben cuidar de su juguete día a día; deben valorar lo que tienen y no lo que pueden llegar a tener. Deben amarlo, disfrutarlo, y no dejarlo en el olvido, y lo más importante, no jugar con el juguete de los demás, solo de ese modo podremos quedarnos sin uno y sin el otro y perder la partida por completo.



Sinceramente, a mi este juego no me ha llegado a gustar nunca, ni un poquito, pero eso sí, si lo mío es mío es porque me lo he ganado con sudor y lágrimas y con eso sé que no se juega.