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Para bien o para mal estaría genial que me comentases dándome tu opinión, ni te imaginas cuánto te lo agradezco :)

sábado, 2 de mayo de 2020

Fase 0

Un pequeño paso hacia adelante, y tres hacia atrás.

Eso es así, y sé que de nuevo mis palabras se van a quedar aquí, no van a ir a ningún lado. Pero al menos me voy a sentir mejor, dejándome llevar.

Hace exactamente una semana la mayoría se quejaba del comportamiento irresponsables de las familias que salían a la calle después de las primeras medidas que había tomado el gobierno. 

Pues bien, hoy, recién entrada en vigor la fase 0, y sin esperar si quiera a qué transcurra el día al completo (sabiendo con total certeza, que el turno de la tarde/noche será infinitamente peor), queda más que demostrado que una vez más la culpa es únicamente de nosotros mismos. 

La realidad es que los porcentajes nunca juegan a nuestro favor y las consecuencias nos tocan pagarlas a todos por igual.

Llevamos en estado del alarma casi cincuenta días, en los cuales, solo se ha podido salir para lo esencial, la compra, el trabajo (en el cual, se ha estado expuesto al contagio propio y de las personas de alrededor) y por motivos de fuerza mayor. Se han alcanzado cifras de miles de muertes diarias, familias que no se han podido despedir se sus seres queridos, y así, podría tirarme todo el día, enumerando decenas de consecuencias, pero llegando a la misma conclusión de siempre.

Somos egoístas, irresponsables, seres capaces de tropezar en la misma piedra una y otra vez y haciendo que los demás tropiecen con nosotros.

Nos avisan y detalladamente:
Se establecen horarios. No se respeta.
Deporte individual. No se respeta.
Distancia social. No se respeta.

Todos deseamos que está pesadilla termine cuanto antes, deseamos poder salir y disfrutar de un buen paseo, de las terrazas y el buen tiempo, del ocio, y sobre todo, de los amigos y las familias. Pero de nuevo, pagaremos justos por pecadores.

Lo peor de todo es que somos bastantes personas las que hemos tenido, seguimos teniendo y tendremos la esperanza de que está situación, concience a las personas y que haya más respeto, empatía y que entre todos, nos empecemos a cuidar los unos a los otros.

Todos estamos de acuerdo en algo, y es que el gobierno pudo tomar medidas mucho antes de cuando lo hizo, pero también es cierto que una vez pasé el tiempo, no podremos no sentirnos responsables todos, de que la vuelta a la nueva normalidad se verá realentizada, a causa de nuestros actos.

En fin, misma historia de siempre, y vuelta a empezar. 

Ahora muchos entenderéis el por qué comenzamos por una fase 0 y no una fase 1. Porque cada vez vez nos importa menos lo que sucede a nuestro alrededor y solo miramos por lo propio, siendo la gran mayoría se veces nuestros propios enemigos.

A pesar de todo, no nos rendiremos.
Seguiremos luchando.

Gracias por leerme.


martes, 24 de marzo de 2020

Hoy, era necesario


Carta anónima, en un día cualquiera.


A ti querido lector:

Quizás no termines de leer esta carta y que pierdas la atención a la tercera o cuarta frase, me da igual, pero necesitaba sacar hacia fuera todo esto que se ha ido acumulando todos estos días atrás.
Si de lo contrario, continúas leyendo y llegas al final, sentirás exactamente lo mismo que yo y te darás cuenta de que algo falla.
Lo primero y más importante es que sí que queda claro que nadie jamás podrá poner en duda que la sanidad de nuestro país es una de las mejores de Europa, si no la mejor, y hasta me arriesgo a decir, que a nivel mundial. Porque esto es así.
Pues bien, lo que no entiendo es porque tenemos que llegar a este punto, siempre tarde, como siempre.
Es triste, pero es cierto, aquí también se aplica eso de "Valora lo que tienes antes de que sea demasiado tarde y lo pierdas".
Si algo funciona, si no tienes queja de ello, sino todo lo contrario... ¿Porque no se cuida?
Quizás, esa sea una de las principales razones por las cuales gran parte de los profesionales sanitarios, sobre todo investigadores y futuras promesas dentro de este mismo ámbito, se ven obligados a ejercer fuera de aquí y, aun así, ahora están intentando por todos los medios, volar y aterrizar en nuestro país para echar una mano con toda esta pesadilla.
Y si, triste pero real y cierto.
Ahora es cuando todos, más unidos que nunca, deberíamos hacer piña, apoyarlos, juntos alzar la voz y entre todos poner las cartas sobre la mesa.
Lo que hay en juego no son miles de cifras de euros, de dólares, sino de vidas, y quienes se están jugando la suya por salvar la de los demás, son ellos.  Día y noche, noche y día, sin descanso, con escasez de recursos, pero están ahí, de manera incondicional y sufriendo las consecuencias de todo.
De verdad, y desde lo más profundo de mi corazón, no podre salir a la calle y gritarlo a los cuatro vientos, pero mi manera de sacarlo al exterior es esta.
No sé quien me leerá, y a quien le llegara este puñado de lagrimas en forma de letras, pero si hay algo que tengo claro, que me duele pero que a la vez me da la vida es, que me siento enormemente afortunado, pero, sobre todo, orgulloso de ellos.
Si, de ellos.
Pero no solo el personal sanitario, no, si no super héroes con otro tipo de capa y que en la mayoría de casos, también pasan desapercibidos. Si, porque ellos también se exponen y ponen su vida en riesgo, dependientes de los supermercados, fruterías y pequeños comercios a los que se les está permitido abrir, repartidores que también están ahí en un momento crucial, haciendo llegar en la mayoría de casos, elementos indispensables para nuestro día a día, farmacéuticos, policías, vigilantes, gente del ejercito. Y así, una larga lista, voluntarios, porque creedme, que de manera anónima hay muchísima gente que está aportando  su granito de arena, ya sea fabricando mascarillas, ayudando a personas mayores o personas con algún tipo de dificultad, a hacerles llegar a sus domicilios bienes primarios. Tampoco debemos olvidarnos por favor, de todo el personal de limpieza. Si, de limpieza, porque ellos están ahí, limpiando y desinfectando, y ellos si que se exponen al 100% a poder contagiarse.
Super héroes en estos días tan cruciales, pero no solo ahora, antes también y mañana, porque siempre lo serán.
Ojalá que una cosa tan “tonta" como salir a las 20:00 se haga rutina y no se deje de hacer jamás, porque precisamente esos pequeños detalles, son los que marcan la diferencia, y de esa manera, les mandamos ánimo, aliento y sobre todo ganas de seguir y no desistir, porque son momentos duros, muy duros.
En fin, podría seguir así, y no parar, pero como siempre pasa, solo tiene voz quien tiene poder, y quien tiene poder, es quien decide como, cuando y lo que hacer, nos guste, estemos a favor o no.

Att: Tan solo un ciudadano más de entre los millones restantes, que tan solo escribe lo que la gran mayoría piensa y siente. Y es cierto eso de “I have a dream...”.
Ojalá, algún día, ojalá.

P.D: Gracias por leerme.







domingo, 18 de noviembre de 2018

Llaves y cerraduras


Desde el origen de los tiempos hay personas con las que, pase el tiempo que pase, nunca terminamos de cerrar puertas.

Ya sean amigos fallidos o amores incompletos, siempre dejamos un resquicio entreabierto, por si acaso.

Por si acaso... ¿Qué?

Por si acaso un día se alinean los planetas con las estrellas y la historia se reescribe.

Cuando lees un libro, da igual las veces que empieces a leerlo desde la primera página, siempre contiene las mismas letras.

Y, con un poco de memoria, sabes lo que le va a pasar a la protagonista durante las siguientes 100, 500, 1000 páginas....


Las personas no cambian aunque, si, pueden evolucionar algo.

Es como leer un libro que ya has leído y añadir ilustraciones a color.

Por esa evolución es por lo que dejamos ese resquicio abierto, la cerradura sin echar la llave y el candado sin cerrar...

Los amores imposibles se eternizan, las espinas se clavan hondo...

Y te quedas esperando a que los planetas se alineen con una pregunta en los labios:

¿Será el final de la historia?

Entonces posa sus ojos en los tuyos, un mínimo escueto y maltrecho segundo...

Saltan las barreras y vuelve a entrar el aire por el resquicio que nunca llegaste a tapar del todo.

Vuelta a empezar. 

Tiro la llave al rio y escribo una segunda parte.

Porque de repente me miraste y... ¡Pum! Sonreí.